Ocurre
que mis ojos a veces van por dentro
alejados
del óxido verdoso
que
no me deja ver las golondrinas.
No
me gusta llorar por cualquier cosa;
antes
de hundirme en este fango negro
prefiero
que no luzcan las estrellas
y
conservar intacta la mirada.
Es
cuando tú no estás cuando esto me sucede.
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