Trafico
con palabras que no tienen acento,
que
no tienen sentido ni dibujo coherente.
Vocales
verticales danzan sin un destino
y
pierden punto y paso, latitudes sin norte.
Creo,
invento palabras, con más significados,
palabras
encantadas llenas de sortilegios,
me
las cuelgo del cuello, auténticos collares.
Sólo
a veces, encuentro ideas con palabras,
y
en alguna ocasión tacho todo, con mimo,
sin
ruido ni alboroto, ni pena ni fatiga.
Vuelvo
a empezar de nuevo la magia de los trazos;
tengo
la fiel certeza que en mi vida anterior
fui
inventora, artesana, una artífice en jergas.
En
mi próximo lance quisiera ser paloma,
blanca
paloma escrita para volar sin fin.
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