Medito
envuelta en este mar de bruma
donde
hay viento de pájaros y arbustos
transcurriendo
por sendas de azaleas.
Me
sumerjo, me encuentro y me transformo;
si
abro los ojos veo otros caminos,
bellos,
si los entorno, sin matices,
leyendas
con su música y con suave aroma;
proscenio
donde bailan los dioses que yo elijo
-entre
frisos y rotos capiteles -.
Son
episodios épicos, profanos,
donde
no hay candelabros ni máscaras, ni musas.
Despierto
con la gloria todavía en mis ojos,
pero
mi mejor sueño es que estás a mi lado.
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