Lluvia
sobre mis hombros tras un cielo caído,
me
clava los zapatos, mi mirada se indigna,
una
araña sin rumbo me corre por la frente,
derramada
cascada mojando los tejados;
lluvia
desde muy alto, llanto sobre las cimas.
Son
perlas en las manos que gritan justicieras,
¿dónde
la transparencia? Todo se ha vuelto turbio.
Más han crecido flores cerca del vertedero,
como
una sacudida de esperanza.
Mis
ojos quieren verlas, son pétalos con nombres.
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