viernes, 22 de agosto de 2014

Islas



Estas islas que cruzo cada día
- en busca de un refugio o de una sombra-
tienen cuestas de curvas empinadas,
mas no tienen final.

A veces voy marchando con ardillas veloces
y, otras, con tortugas lentísimas de arena.
A mitad de camino me detengo
y observo el recorrido que he volado
sin haber olvidado las maletas.

Las abro. Están vacías, pero llenas
de memorias, de largas soledades,
de oscuros trenes hacia ningún sitio,
de cenizas que un día sostuvieron un nombre.

Pesan cuando las alzo y camino de nuevo.
Estas islas no tienen palmeras, arenales,
soles de atardecida, placentera quietud.
Tan solo una alta cima, que nunca alcanzaré.


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