Esta
boca impasible que me impide dar besos,
que
atenaza la lengua y la sonrisa,
no
deja que los labios tengan forma
e
interrumpe el fluir de las palabras.
Como
una Nefertiti hierática de pena,
no
puede con mis ojos encendidos
tampoco
con mis manos lagartijas.
Esta
boca la cambio por noches de consuelo,
por
abrazos de aliento e interminable entrega, real.
Busco
en mi calendario el momento propicio
y
en mi mente quién sea capaz de
rescatarme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario