Brindo
por ti con mis torcidas letras,
hechas
de sal, arcilla y desconsuelo,
con
alas de remotos saltamontes
y
suaves destellos de otra luz.
Términos
que no tienen diccionario ni madre,
que
buscan su sentido en esta noche
cargada
de silencios y de orillas.
Otras
princesas brindarán por ti.
Yo
no puedo saber cómo serán sus letras y sus signos,
pero
nunca mejor que mi voz tan cercana
que
te ofrece este cálido poema,
tan
sencillo y tan tuyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario